Capitulo VII. MENSAJES DEL ALMA



En la compasión y el amor, está inmersa la sabiduría del universo. Todo lo que sentimos dentro de nosotros forma parte de una porción del universo. Cuando todas las porciones se unen, llegamos al todo.

Actúa con el corazón y abandona todo cuanto desees poseer, porque en el todo no hay necesidad de nada.

Cuando se toma el camino del corazón y se abandona todo deseo, la vida te regala todo aquello que necesitas y además te llena de felicidad.

Podemos abrir una puerta a la sabiduría del universo, pero solo la encontraremos dentro de nosotros, y para poderla abrir hay que recorrer caminos invisibles para el ojo humano, pero llenos de brillo.

Esa puerta a veces se convierte en miles de túneles de luz por los que vamos transitando y aprendiendo los códigos para entender esa sabiduría.

Cuando alguien camina esos túneles que son como senderos, puede recordar lo que encuentra en ellos y después transmitirlo, ya sea con la palabra, con la danza, con la música o cualquier otro arte de expresión que se hace audible o visible para aquellos que se abren a la comprensión y que todos nos intercambiamos y compartimos en diferentes caminos.

Esos túneles de luz y de amor son tantos que cuando consigues caminar por todos, ya no necesitas volver aquí, pues en ellos está la siguiente fase que toda alma quiere recorrer.
La sabiduría del universo nunca tiene fin, pues hasta los más sabios y elevados seres de todos los mundos, siguen aprendiendo, siempre hay una siguiente fase, una siguiente etapa para ir más allá de la evolución Porque incluso cuando se llega a la máxima expansión le sigue una nueva contracción.

Incluso cuando creemos que el fin es la muerte, allí es donde todo empieza de nuevo.

El mundo o conjunto de universos, a nadie pertenece, ni nadie lo gobierna, pero depende de todos y cada uno de los seres que en él habitan.

La satisfacción más grande es la capacidad de apertura y comprensión de la magnitud que tiene cada vida, cada experiencia, porque todas ellas forman un cúmulo de sucesiones que hacen seguir en una dirección o en otra hacia la expansión o contracción, pero siempre siguiendo en movimiento.

En la quietud interna, se puede sentir ese movimiento que la conciencia puede entender y ver que es más rápido y fluido pero que manteniéndonos en ese centro de quietud, se puede obtener el placer de sentir la dualidad. Lo que es arriba es abajo, lo que está dentro también afuera, etc..

Y el punto de inflexión entre la quietud y el movimiento, de nuevo, lo contiene todo.



1 comentario:

  1. me encanta ,sigue asi adelante, Amparo!!!
    gracias por lo que sucedio en Montserrat!!!
    Aurora

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