Capitulo I. EL DESPERTAR

Siempre hay un principio y un final, o al menos a eso está acostumbrada nuestra mente humana, pero creo que más que empezar y acabar, la vida es algo que va más allá, está hecha de momentos, en los que descubres que no puedes volver a mirar atrás, porque has descubierto algo nuevo que es imposible borrar de tu memoria, ya no puedes decir que eso no lo sabes, pues ya ha sucedido, ya has experimentado y sentido y queda grabado para siempre en ti.

Creo que todo lo que os voy a contar, empezó cuando me concibieron, si, aunque podáis pensar que como me voy a acordar de ese momento, pues es imposible ya que aún no existía. Pero fue ahora, de adulta, que pude viajar al pasado en forma de lo que llaman “viaje astral (sin tiempo y espacio)”, en una ocasión que estaba practicando la respiración consciente o conectada, y pude ver ese momento del que os hablaba, en el que la magia de la vida nos ayuda a materializarnos y pasar de ser energía a tener un cuerpo. Esa magia que nos trae desde “ser todo expansión” como el universo, a ser alguien materializado en un cuerpo físico humano, a través del acto de amor de nuestros padres, que sirven como canal de entrada de nuestro espíritu.


Ese momento de concepción, es el que podemos recordar o no, pero es ahí cuando sabemos quienes vamos a ser en este planeta, que vamos a sentir, a aprender, cuales son los patrones de conducta que vamos a tener que superar y trascender, con qué familia tendremos nuestras experiencias de vida, etc. Tantas y tantas cosas pueden determinarse en esos momentos… pero también lo olvidamos rápidamente, lo guardamos en un lugar de nuestro cerebro en el que si no ponemos toda nuestra intención y conciencia, no podremos volver a encontrar.

Es como un pacto de olvido que hacemos, como si de un juego se tratara, y que la vida nos sirviera para volver a recordar y sentir a que hemos venido, siempre va a haber esa sensación de quererlo saber.

Sí, porque todos lo podemos saber, qué es lo que hemos venido a hacer, pero es más fácil olvidar y dejarse llevar, que entrar en esa parte que solo con el coraje suficiente podemos hallar. Esa capacidad de recordar porque estamos aquí, solo se encuentra cuando te vuelves vulnerable, sensible y de esa vulnerabilidad haces tú fuerza y tu poder para rendirte y recordar.

Continuando con el principio del que os hablaba, ese momento de concepción, recuerdo que ahí fue donde decidí poder hablar con los que ya no estaban en cuerpo físico, supe que sería sensible a otras formas de energía que no podíamos ver con los ojos, que podría comunicarme con otras frecuencias, que podría hacer viajes sin mi cuerpo y que la vida me esperaba un sinfín de aventuras energéticas que iban a hacer que mi mente limitada se fuera abriendo poco a poco.


Ahora lo veo tan fácil, como el simple hecho de recordar en todo mi ser, la frecuencia en la que se encuentran esas energías, porque simplemente se trata de frecuencias, de ondas o de vibraciones distintas, por tanto si recuerdas como adaptar todos tus sentidos a una cierta frecuencia, escucharas, veras cosas de esa otra frecuencia, que con tus cinco sentidos normales no puedes. Pero eso solo puede ocurrir cuando todo tu ser está preparado para ello, habiendo superado los miedos más profundos y los impedimentos y limitaciones de nuestra mente.

Cualquier persona puede ser médium si se lo propone, pero por mucho que lo practiques y pongas tu fe en ello, hay un día en el que te das cuenta si es realmente lo que has venido a hacer, quizás simplemente has venido a ser artista, madre, estudioso o inventor.
Pero lo que sí está claro, es que cualquier cosa que hallas venido a hacer, si es con miedo, no se puede, porque los miedos paralizan y no dejan avanzar, por tanto hasta que no has vencido tus miedos, no puedes dar el siguiente paso.

Me gustaría explicaros uno de los miedos a los que tuve que enfrentarme, cuando ya de adulta, seguía sintiendo cosas o presencias cerca de mí, pero era tanto el pánico que me invadía, que el simple hecho de saber que no estaba sola, me paralizaba, por tanto no podía hacer nada, solo tener miedo.

Notaba cosas, que los demás parecían no percibir, sentía que me tocaban, que se posaban en mis hombros, en la espalda,… y cómo hacer para explicar a mis amigos y a las personas que no notaban nada, y no pensaran que estaba loca. Pues bien simplemente hacer ver que no lo notaba, cerrando poco a poco esa percepción, esa capacidad sensitiva, para sentirme segura. No fue de repente, que empecé a sentir cosas, sino que fue desde siempre, pero solo cuando estuve preparada para asumirlo pude vivir las experiencias conscientemente.

El haber negado o cerrado la capacidad de sentir, no fue suficiente, para que la presión de las energías o presencias insistieran cada vez más en hacerse perceptibles a mis sentidos, pues realmente es algo que en esos momentos del inicio, de la concepción, yo había pactado, ser tan perceptiva, por tanto, ni mis mayores miedos, ni la incomprensión de las personas de mi alrededor, podía impedir que a la larga volviera una y otra vez a resurgir en mi esa facilidad por conectar con otras formas, otras vibraciones, otras frecuencias.

Tuve que llegar al límite de mi terror y mis miedos, antes de comprender que eso iba a cambiar totalmente mi vida, antes de rendirme. Recuerdo que ese día en que sucumbí a mis miedos, estaba en mi casita, sola, como de costumbre, era de noche y como siempre después de cenar, encendía la tele para distraerme de las cosas y rutinas del día. Como otros tantos días, sentía la presencia de alguien a mi lado, pero como siempre intenté evadir las sensaciones y cerrarme, pero curiosamente ese día no pude, pues era una presencia muy fuerte, tan fuerte que pensé que había llegado mi hora de enfrentarme a la muerte. Si, pensé que ese momento era el final de mi vida, que alguien nada “bondadoso” había venido para llevarme, para matarme, para hacerme desaparecer.

Esa presencia, entró en todo mi ser y me hizo sentir pánico, horror a la muerte. Entonces fue cuando no pude más con esa presión de todo lo que estaba viviendo. Decidí que si era mi hora de morir, mejor no resistirme. Me estiré en todo lo ancho de mi cama, extendí mis brazos y mis piernas, y grité: si me tienes que matar, me matas, si me tienes que comer me comes, si me tienes que llevar a otro sitio me llevas, pero que esta pesadilla acabe de una vez por todas.
Me puse a llorar, del miedo que sentía en mis entrañas, en una parte muy profunda de mí. Todo mi cuerpo estaba temblando de pánico, no podía acallar mi mente, no podía encontrar paz.

Era como estar dispuesta a morir pero no atreverme, pero ocurrió lo que hacía tiempo tenía que suceder, simplemente que ahí estaba yo, estirada en la cama, en posición de cruz, simplemente rindiéndome a todo, dándolo todo por perdido, rompiendo los muros que no me dejaban traspasar ese miedo, esa barrera que me separaba de una parte oculta de mi propio ser. Sentí como la presencia me invadía, me embargaba, me poseía, pero una parte de mí estaba ya dispuesta, y finalmente me rendí.

Y después de esa rendición, la presencia que de mí se había apoderado, que me hacía estremecer todo mi cuerpo y de la que tanto miedo tenía, se fue, desapareció, me dejó tranquila, como si fuera un fantasma de los que salen en las películas y me hubiera traspasado, sacando todo mi dolor y mi miedo, y llenándome de paz y plenitud. Una sensación de amor empezó a embargar toda mi persona, después de haberme rendido, pero tuve que pasarlo muy mal antes de sucumbir.

Esa presencia de amor que me invadía ahora, era lo más maravilloso que había sentido nunca, algo que no podía describir con palabras, pero que me conectaba a todo el universo, a la comprensión de lo que no se puede explicar desde el razonamiento humano. Quizás era, lo que mucha gente podría decir “una experiencia mística”, pero daba igual, no hacía falta definirlo, solo lo estaba sintiendo.

Después todo ese amor que recorría cada célula de mi cuerpo, me hizo sentir la fuerza más grande que había experimentado nunca dentro de mí, y todo el terror y pánico que había sentido hasta entonces, había desaparecido, dando paso a la nueva fase de mi vida. El desarrollo de las percepciones con otro estado de conciencia, sin miedos y con ganas de aprender cada día cosas nuevas y percepciones diferentes.


Ese fue un día que marcó un antes y un después, como otros tantos que han habido después más tarde, y los que vendrán.


Pero si ese día no hubiera sucumbido, no habría pasado de seguir teniendo miedo. Algo tan simple como rendirse a veces, nos hace cambiar del todo una actitud ante la vida, y nos puede llegar a dar una comprensión mayor que la que teníamos hasta el momento.


Ya nunca más tuve miedo a las presencias que sentía cerca de mí, y reuní el valor suficiente, la capacidad creativa y la voluntad, que me ayudó a establecer mi propio código para poder comunicarme con ellas. Necesitaba un instrumento fácil con el que iniciar un entendimiento con esas energías, que no sabía de dónde venían, ni que querían.


Si, algo tan fácil como hablar con ellas, y crear mi “alfabeto” particular. Necesitaba comprender y saber más acerca de ellas, pero como nadie me había enseñado, pues no conocía cerca de mí a ninguna persona que le pasara lo mismo, empecé con algo muy simple, tenía que probar lo que se me ocurría. Establecí un pacto con las presencias, hablando desde lo más profundo de mí. Ese acuerdo inicial fue que si me rozaban la mano derecha, significaba como si me dijeran que sí, y si lo hacían en la izquierda, sería un no. Con ese principio tan elemental, cada noche, en lugar de encender la tele para desconectar de la rutina diaria, empecé a practicar. Se había abierto en mí, las ganas y el entusiasmo de aprender, de descubrir cosas nuevas sobre todas esas energías que sentía alrededor, pues ya no tenía miedo.


Me sentaba en el sofá, ponía mis manos sobre las rodillas, erguía mi columna y después establecía mentalmente de nuevo el código. Hablaba con las energías y les decía: si queréis comunicaros conmigo, tocarme la mano derecha para saber que es un sí y la mano izquierda para el no. Establecía una serie de preguntas como ¿te conozco? O no te conozco. Esperaba unos momentos, y abría todos mis sentidos, más allá de los conocidos, para escuchar y sobre todo sentir en mis manos la presencia de esas energías. En cuanto me quedaba claro esa primera respuesta, preguntaba la siguiente. Por ejemplo, eres hombre..eres mujer?, estás vivo? Estas muerto? Y así, un sinfín de posibilidades para obtener información desde esas otras frecuencias no físicas, pero sí existentes para mis sentidos.


Fui desarrollando el método de comunicación, y ese código inicial se fue perfeccionando. Empezaron a surgir imágenes en mi mente, cuando tenía los ojos cerrados al estar concentrada en percibir las sensaciones en las manos. Y de esas imágenes al principio aisladas, fueron apareciendo palabras, y de ahí sumado a las percepciones físicas, pude ir teniendo una comunicación más completa con las presencias.


Todo eso nadie me lo había explicado, era algo que surgía de forma natural, y que me entusiasmaba, pues obtenía respuestas y me satisfacían. Había presencias, que solo querían un poco de compañía, otras orientación, estaban perdidas, no sabían que les pasaba o hacia donde tenían que ir. Unas eran claramente personas que habían fallecido en accidentes, y no sabían que les había ocurrido. Pero otras no me quedaba claro que eran, o de donde venían. Simplemente no me aferraba a nada, y seguía investigando, sintiendo, y desarrollando el código de comunicación con las energías. Era como un juego en el que tenía ganas de participar cada noche, la hora del día en que era más fácil comunicarme con ellas, pues hay mas silencio.

Empecé a desarrollar aptitudes, que ni siquiera yo sabía que pudieran existir, como mirar por dentro de mi cerebro, con los ojos cerrados, y ver túneles de luz por los que podía empezar a subir o recorrer. Entendí que alguno de esos lugares que veía en mi mente y sentía tan reales, eran túneles de amor, pues me invadía esa sensación cuando comenzaba a ir hacia ellos y algunas de las presencias con las que me comunicaba, lo que estaban buscando precisamente era entrar por ahí, era el camino hacia el descanso, hacia la paz y la libertad.
Nadie me había enseñado a hacer eso, pero en cambio sentía una facilidad, después de haber superado mis miedos. Era una sabiduría especial que no sabía que tenía antes, pero que de forma natural se iba desarrollando cada día que practicaba el arte de sentir. Creo que esa capacidad está dentro de todos nosotros solo hace falta querer desarrollarla y practicar.


Claro que mucha gente podría pensar que eso sería una forma de locura, pero bendita locura si fuera así, pues en los momentos en que conseguía entrar por uno de esos túneles de luz que veía en mi mente, con los ojos cerrados, y las presencias que me acompañaban podían atravesarlo, yo sentía una paz inmensa, una gratitud por poder estar ahí aunque fuera por unos instantes, ya que después tenía que regresar. Pero la paz y el amor que había sentido, permanecían en mí bastante rato, y me daban algo que nada ni nadie me había dado antes: satisfacción total, plenitud, gratitud por estar viva.


Éstas práctica o experiencias, hacían que fuera más grato el despertarme cada mañana y sentir que tenía ganas de que llegara la noche para poder practicar más. Es algo muy importante en esta vida, tener una ilusión por algo, saber cuál es el estímulo que nos alimenta día a día para no caer en la rutina, y seguir creciendo.


Pero empecé a ver que todo eso tenía un precio. Cada vez, me sentía más diferente a las demás personas, pues veía que ni siquiera podía sacar el tema del más allá de la muerte. La mayoría de personas que había en mi vida en aquel entonces, era imposible ni siquiera nombrarlo, pues sentía que me tacharían de loca o de fanática por esos temas. No obstante seguí desarrollando capacidades en silencio, y en mi profunda intimidad.


Con el tiempo, me fui dando cuenta que a medida que despertaba las capacidades, fueron apareciendo personas en mi vida, que sí me comprendían y me fueron ayudando a entender a base de poder explicarles mis experiencias, que no estaba loca, y que había muchas personas en el mundo que le sucedían estas mismas cosas.

Capitulo II. PRIMERAS EXPERIENCIAS

Mientras el juego del sentir se iba desarrollando dentro y fuera de mí, acumulaba experiencias que normalmente tenía con personas o seres que no reconocía y simplemente pasaban por ser una experiencia energética que me ayudaba a seguir practicando el arte de hablar con la no materia. Eran un cúmulo de conversaciones pero que una vez terminadas, se iban y no había una continuidad.

Pero un día empezó algo diferente, llegó el momento, en que la primera presencia conocida venía para comunicarme cosas importantes a una persona que sí estaba viva. Ayyy madre!!! La sensación fue de subir un peldaño en ese desarrollo del sentir, pues hasta ahora todo parecía un juego, algo que quedaba para mi propia experiencia y no salía de mis percepciones, pero ese día, cierto gusto a “responsabilidad” subía por mi garganta, como si de esa comunicación dependiera algo más que mi propia satisfacción de sentir.

Era un hombre, al que vi pocas veces en vida, pero a la que sí que conocía era a su mujer pues era habitual del lugar donde yo trabajaba. Su presencia me hizo estremecer, pues hacía pocos días que su mujer me había dicho que falleció. Noté como se desdibujaba en mi cabeza su cara, y su cuerpo físico, para que mi mente reconociera de quien se trataba. Yo estaba estupefacta, pues el código que en principio desarrollé del sí y el no en mis manos, me sirvieron entonces para corroborar que no había duda, era él y era importante lo que a continuación me iba a decir. Necesitaba transmitir a su mujer que él estaba bien, para que ella pudiera superar esos momentos tan difíciles del duelo por su muerte.

Empezó a decirme cosas, que para mí no tenían sentido, eran cosas personales entre él y su esposa. Tomé una libreta y bolígrafo y empecé a anotarlas, pues tenía miedo de que se me olvidaran. Eran actos concretos como por ejemplo el de localizar algunas cosas en su casa, decirme el lugar exacto donde estaban para que le dijera a su mujer que tenía que desprenderse de eso. En otras recordar objetos del pasado, que harían que solo su mujer supiera de qué le estaba hablando. También me hablaba de emociones estancadas de su mujer con respecto al resto de familia. Yo no tenía ni idea de esas cosas personales, pero seguía anotándolas.

La forma en que yo recibía esa información variaba, pues unas veces aparecía en mi mente la imagen de una cosa, después una palabra y más tarde una sensación en mi cuerpo, hasta que todo ello hacía el puzle perfecto para entender lo que quería decirme. Llegué a apuntar muchas cosas y todas ellas sin sentido para mí.

Al final de la comunicación con él, pude sentir un gran amor por su mujer, y ese deseo de ayudarla, fue entonces cuando supe que esa experiencia la tenía que compartir con ella. Pero en mi mente había muchas preguntas. ¿Cómo le explico eso a esa señora? Va a pensar que estoy loca o se lo va a tomar a broma, pues yo no sabía si lo que tenía apuntado en mi libreta tenía algún sentido para ella.

Pasaron los días, y no le dije nada a ella, aunque me la encontré unas 3 o 4 veces, entonces internamente pedí ayuda, y que la vida me mostrara el momento oportuno y las palabras correctas para expresarlo.

Al cabo de unos días, y en un lugar donde no pensé encontrar a esa mujer, resultó que la vi y sentí que ese era el lugar adecuado para hablar con ella. Está claro que en mi interior una parte seguía teniendo miedo de explicarlo, pero empecé saludándola y diciendo que un día había soñado con su marido, que se me presentó en sueños para decirme unas cuantas cosas. Pero insistí en que era un sueño… Lo que más me dejó atónita, es que empecé a describir todas las cosas que había ido anotando en mi libreta el día de la conexión, y todas eran ciertas, todas tenían un sentido para esa mujer, y la cara de estupefacción que ponía al decirle una y otra era cada vez mayor. Todas eran ciertas, en todo tenía razón y la mujer se iba emocionando cada vez más a medida que le explicaba el “sueño que tuve con su marido”. Acabó llorando pero con un brillo en sus ojos que no tenía antes de explicarle aquello. Dijo que su marido tenía un sentido del humor muy bonito, que era presentárseme en sueños para explicarme todas aquellas verdades, y fue entonces cuando su cara se iluminó entendiendo que aunque estuviera muerto físicamente, había conseguido comunicarse con ella. Eso dio un cambio en la vida de esa mujer, hizo que el duelo por su marido tuviera otro sentido.

Solo por eso, me alegro de haber tenido la oportunidad de comunicarme con su marido y podérselo explicar a ella.

Entendí que era un honor muy grande poder tener la comunicación con los seres que abandonan la materia, y utilizar ese don para reconfortar a otras personas, me pareció algo precioso.

No obstante yo seguía sin poder decir claramente lo que me sucedía. Recurría a historias, explicaciones de sueños, o de imaginaciones, antes que declarar que lo que hacía era establecer conversaciones con los muertos.
Recuerdo una de aquellas primeras excepciones, en la que sí pude hablar abiertamente: era un día que estaba con una amiga que conocía muy bien en qué proceso me encontraba.



Estábamos en un curso de crecimiento personal y era el momento después de comer, en el que teníamos un descanso antes de volver a retomar la jornada.


En una de las salas estuvimos relajadas, descansando un rato cuando de pronto noté que no estábamos solas, sentí una presencia que quería comunicar conmigo. Esta vez era de día, y fue una de las primeras veces que agudicé mis sentidos siendo de día, rodeada de más personas y en un lugar donde no era mi casa.


Como decía, sentí que alguien quería comunicar conmigo, abrí todos mis sentidos, y noté a un hombre. Me decía que era el padre de mi amiga, la que estaba a mi lado en ese momento. Perpleja, y como tenía la suficiente confianza con ella, se lo dije: tu padre está aquí.


Nunca vi a este señor en vida, ni en fotos, y le hice una descripción de cosas que ese ser me permitía ver. Detalles del pelo, de formas de vestir, irregularidades en el andar, etc. que lógicamente yo desconocía, pero mi amiga sabía perfectamente.


A medida que iba describiéndole cosas, las dos nos íbamos emocionando, al ver que todo era cierto. No me estaba imaginando nada! Todo era tal como sentía y mi amiga estaba ahí para corroborarlo.


Había un mensaje lleno de amor para ella y las dos nos emocionamos mucho sintiendo plenamente esa comunicación directa con el más allá. Realmente sentíamos las dos, la presencia de su padre, fallecido hacía unos pocos años.


Fueron unos momentos, en los que sentimos como un portal dimensional abierto, una comunicación entre el mundo material, y el mundo intangible, que nos llenaron de sensaciones placenteras, ternura, comprensión y gran amor. Indescriptible con palabras, pero esta vez compartido con otra persona justo cuando sucedía.


Se había abierto otra etapa más, otra variante de los sentidos, otra comunicación directa que nos dejó un muy buen sabor en todo nuestro ser, acabando en un gran abrazo de comprensión de que podemos ir más allá de la muerte, y que nuestros seres queridos no desaparecen del todo cuando se van para siempre físicamente.



Capitulo III. PREPARANDOSE PARA SEGUIR EL CAMINO

Hubo otros casos de conexión con personas conocidas, una vez habían muerto, pero otro día se abrió otra posibilidad que no había vivido antes, una mujer que estaba en coma en el hospital, con una enfermedad terminal y que llevaba un tiempo sin avanzar ni retroceder. Esa noche, como de costumbre puse en marcha, lo que acabé llamando la “antena parabólica”, con el sentido divertido y cariñoso, es decir abrí los sentidos a percibir quien había por ahí en otras frecuencias, que quisiera establecer comunicación.


Apareció esa señora, que era la madre de una chica que conocía, y por tanto sabía la situación en la que se encontraba. Pero la presencia de la señora se hizo tangible a mi lado, noté que estaba junto a mí y que estaba muy cansada y en cierta manera algo perdida. Su cuerpo energético pedía ayuda, pues no sabía hacia dónde ir.


En experiencias anteriores, en que se presentaban seres que ya habían fallecido, se notaba cierta frecuencia diferente a la que ahora estaba sintiendo. Algo en mi interior me hizo cambiar una especie de sensores del cerebro, y sentí que una parte de mi cuerpo se desplazaba con la señora, como de regreso al hospital donde estaba su cuerpo físico.


Es algo complicado explicar con palabras, pero como algunas personas podrán entender, se trataba de un viaje astral.


Llegué en cuerpo etérico o astral, junto la cama del hospital donde su cuerpo tendido lleno de tubos y cables, estaba aparentemente dormido, empecé a tener como si de una conversación se tratara, ella me explicaba que sabía que se tenía que marchar, pero que se encontraba siempre con una pared de ladrillos al final del túnel por el que empezaba a caminar. Junto a ella sentí que anduvimos juntas por el pasillo que me nombró, hasta que llegamos a la pared de ladrillo rojo. En ese momento que parecía no haber salida, miré hacia arriba como si de un laberinto se tratara, y vi que el túnel continuaba pero se tenía que ascender en cierto sentido hacia un segundo piso. Todo ello seguía siendo como si de una conversación cifrada se tratara, como un código entre las dos. Una vez ascendimos al segundo piso, el túnel continuaba, y al final del camino había una luz brillante y se sentía la paz que en muchas otras conexiones había sentido, por tanto sabía que se trataba del final, allá donde yo ya no podía seguir. Pero ella tampoco continuó, regresamos juntas a la habitación del hospital donde seguía su cuerpo dormido.


Cuando me despedí de ella, supe que de alguna manera estaba tranquila, ahora sabía cómo seguir el camino cuando estuviera preparada para irse, cuando fuera su momento.


Pasaron un par de días desde esa experiencia, y fui preguntando a la hija como se encontraba su madre, ella me indicó que todo seguía igual, pero que esa situación había hecho movilizar a la familia de tal manera que estaban sucediendo cosas que hacía tiempo no vivían. La madre hospitalizada y en coma, hacía que todas las personas del núcleo familiar fueran a verla y así sucedían encuentros entre hermanos, primos y tíos que hacía tiempo no se veían y que incluso tenían temas pendientes que solucionar y dadas las circunstancias sucedía que era el momento oportuno para hacerlo.


La madre, estando en coma, fue el vínculo de unión de nuevo, de asuntos que quizás si no fuera por esa situación hubieran quedado sin resolver en la familia, y que por la situación de extrema gravedad de su vida, hacía que la compasión y el perdón volvieran a penetrar en cada miembro familiar.


Una noche, sentí de nuevo la presencia de la señora, volví a seguirla hasta el hospital, pero esa vez, pedía algo diferente que ver el camino. Quería que la ayudara a cortar una especie de tubo plateado que salía desde su ombligo y estaba conectado a algo cuyo final no se veía. Y como con unas tijeras imaginarias, pero reales energéticamente hablando, ayudé a cortar ese cordón de plata tan especial. No recuerdo nada más, solo que regresé a mi cuerpo en mi casa y me fui a dormir.


A la mañana siguiente la hija nos dijo que su madre había muerto por la noche, y que por fin descansaba de estar tanto tiempo conectada a las máquinas del hospital. Yo no dije nada, pero imaginé que la experiencia del cordón de plata tenía algo que ver con todo aquello.


Al anochecer ese mismo día, iba caminando por la calle a casa de unos amigos. En un momento dado noté que alguien o mejor dicho una presencia, quería comunicarse conmigo, pero estaba en la calle, y no sabía qué hacer, pues era difícil establecer mi pequeño ritual de ponerme en una postura cómoda, cerrar los ojos etc., en medio de los coches y la gente que pasaba alrededor.


Pensé no hacer caso de la presencia, y decirle que ahora no era el momento, que no podía establecer conexión, pero algo en mi interior me dijo que era importante, y entonces vi que en la siguiente calle, había varios bancos y me senté en uno de ellos. Cerré los ojos, abrí todos mis sentidos y entonces entendí que era la señora la que tanto insistía en comunicarse conmigo en aquel momento, pues venia a despedirse antes de irse. Venía como para agradecer el apoyo de nuestros encuentros anteriores, y con esa gratitud empecé a sentir tanto amor en toda mi persona, que derramé unas cuantas lágrimas mientras seguía sentada en el banco, con los ojos cerrados. Entonces una señora que pasaba caminando por la calle se acercó y me preguntó si estaba bien, si me encontraba bien. Yo estupefacta, porque en esos momentos casi estaba fuera de mi cuerpo, volví de repente y le contesté que no, que no me pasaba nada, pero que gracias por su ayuda.


Nunca hasta ese momento me había pasado algo parecido, quizás incluso sentí algo de vergüenza por la situación, pero de nuevo cerré los ojos, y me embargó de nuevo la fuerte emoción de estar en comunicación con alguien que iba a caminar por el túnel e iba a traspasarlo.


Fue una experiencia diferente, pero está claro que solo era un peldaño más que escalar en este camino sin final.

Capitulo IV. MAS ALLA DE LA REALIDAD


Ah sí, otra cosa interesante, y que casi siempre me deja un buen sabor de boca, son los llamados viajes astrales.

Los hay de muchas formas y en diferentes circunstancias. Conscientes e inconscientes, pero el que a continuación os detallo, es uno que tuve una de esas noches, en las prácticas energéticas de mi casa, en el que fui a varios lugares de Barcelona, mi ciudad…


Al principio sentí como mi cuerpo se transformaba, como si de un ave se tratara, con alas, plumaje, ojos con gran visión, y gran facilidad de volar. Diríamos que podría ser como un águila que fuera a emprender su vuelo, aunque mi cuerpo de mujer seguía situado agradablemente en el sofá de casa.

Con esa sensación que me pareció que tienen las aves cuando alzan su vuelo, ascendí rápidamente por encima de los tejados y antenas de la ciudad, sobrevolando tranquilamente, como guiada por un instinto que no podría saber de dónde surge, justo encima de la sagrada familia. Sensación de viento en mi rostro, mis ojos ávidos en visión y tranquilidad sobrevolando la zona. Era una panorámica que nunca antes había visto en persona, pues claro está, era desde el cielo, desde lo más alto incluso de las torres que conocemos de esta impresionante obra. Lugares vistos desde arriba, con la vista de pájaro.

Después me dirigí hacia la zona de la playa, sintiendo la brisa fresca del mar en mi rostro, tomando toda la energía del lugar.

Posteriormente a esta experiencia, supe por otras personas, que la sagrada familia y la zona del barrio de Barceloneta, son dos lugares extremadamente poderosos en Barcelona en el sentido energético.

Así finalmente, regresé a mi cuerpo físico, totalmente recargada y vitalizada por ese vuelo con sensación a águila libre.

Más viajes:

En otras ocasiones tuve experiencias que podrían bien llamarse de "ciencia ficción", porque realmente eran vividas desde una parte de mí que ni siquiera yo podría decir si era cierto.

Recuerdo un día, que estaba de nuevo en mi sofá, practicando el arte de sentir, pero sin apegarme realmente a nada, solo por el hecho de disfrutar con el beneficio del desarrollo de mis aptitudes extrasensoriales, empecé a relajarme en mi postura, pero manteniendo la columna erguida, la coronilla de mi cabeza bien conectada con el cielo (como si un hilo invisible estirara suavemente hacia arriba), el sacro relajado y colocado sobre el cojín del sofá, el corazón abierto, en paz, y la "antena parabólica" como definía cariñosamente, bien extendida para abarcar un radio superior.

De pronto tuve la sensación de nuevo, de que alguien se acercaba, pero esta vez la comunicación era diferente, sentía una energía de invitación, alguien o mejor dicho dos seres que me animaban a elevarme de mi posición física, a dejarme llevar como a otro lugar. Al principio me sentí rara, pero en todo momento confiada, ya que sentía mi corazón totalmente relajado, en paz y con mucho amor.

Era cómo si esos dos seres me daban unas indicaciones concretas, de como posicionar una parte del cerebro, de forma especial, para poder cambiar de frecuencia y así poder ir con ellos. De tal manera lo hice, siguiendo sus indicaciones, y en un momento puntual sentí dejar el cuerpo físico sentado allá en el sofá, y una parte de mí quedaba ahora suspendida en el aire y entrando en una especie de luz blanca más grande que los dos seres y yo.

Es difícil explicarlo con palabras, pero era como si voláramos a la velocidad de la luz, en una especie de plataforma energética que se desplazaba por el espacio hacia otro lugar fuera de este plano terráqueo. Cualquiera que lea esto podría a decir que era una paranoia de mi mente, y quizás lo fuera, pero las sensaciones eran tan reales!.

Continuando con ese viaje, por llamarlo de alguna manera, vi como nos acercábamos a un "planeta", también por ponerle un nombre, ya que las imágenes no eran completas, pero sobre todo estaban llenas de sensaciones. Al "aterrizar" por así decirlo, los dos seres y yo empezamos una especie de comunicación telepática. Me dieron la bienvenida a su lugar de origen, y explicaron que era una invitada para que supiera que había otras formas de vida fuera del planeta tierra.

La sensación de esos dos seres tan amorosos conmigo era muy buena, y por mi parte llena de curiosidad. 

Los dos seres eran como dos hermanos, por describirlo con nuestras palabras. Al llegar a aquel lugar que era su hogar, me llevaron hasta una especie de casa típica japonesa, de esas que salen en algunas películas, en las que dejas los zapatos en la entrada y hay puertas correderas. Todo el interior era muy vacío, apenas nada y todo daba la sensación de estar flotando.

Después aparecieron otros dos seres, quizás un poco más altos que los que hice el viaje. En cierto sentido me explicaron que eran como los padres y unos hijos, para que yo pudiera entender desde mi mente humana. Toda comunicación con ellos, era totalmente telepática y hacían posible dejarme ver en imágenes y entendimiento para que fuera un símil de su mundo parecido en conceptos al  nuestro, ya que de otra forma no hubiera entendido nada.

Me sentí realmente una invitada, ya que me acomodaron en una especie de tatami en el suelo, donde pude ponerme como en postura típica de meditación, con las piernas cruzadas, sabiendo que no estaba realmente allí con mi cuerpo físico, pero sintiendo plenamente como si fuera real que estuviera sentada con esos cuatro seres.

Como gesto de amabilidad por su parte, me ofrecieron si quería comer, ya que para nosotros en el plano terrestre es uno de los rituales que utilizamos para compartir conversaciones alrededor de una mesa. Allí concretamente no había ni mesa ni comida, pero si trajeron o me dejaron sentir como una especie de "bol" o recipiente que contenía algo que ellos definían como su alimento, pero no era líquido ni tangible, era una especie de éter con sensación líquida que al ingerirlo daba plenitud y bienestar, incluso notándose un cierto sabor entre dulce mezclado con fresco.

Como veis es muy difícil explicar con palabras cosas que son solo perceptibles a niveles sutiles de sensaciones.

Mientras compartíamos ese elixir al que llamaban comida, me explicaron cosas de su mundo, de cómo funcionaba la sociedad, como se dedicaba cada persona a la labor para la que había nacido, como nunca les faltaba nada de las necesidades básicas, puesto que era una de las leyes cósmicas establecidas en aquel lugar, como procreaban de forma diferente a nosotros, y otras cosas de roles familiares o sociales. Todo era representado en mi mente por telepatía con imágenes o sensaciones con las que pudiera tener un comparativo a los conceptos que nosotros entendemos en el planeta tierra.

Después hubo una especie de despedida, mucho agradecimiento por mi parte, de haber sido tan bien atendida, y por fin con los dos seres menores de nuevo acompañada a través de la misma plataforma energética hasta mi casa donde estaba mi cuerpo físico totalmente relajado en el sofá.

Los dos seres jóvenes me transmitieron gran ternura y comprensión, después se despidieron y regresaron a su plano. Quedé con un buen sabor de aquella curiosa experiencia, de la que siempre está el beneficio de la duda, pero tal viaje hizo abrir un poco más mi mente, a comprender quizás más cosas de este misterioso universo.

Da igual si fue verdad o no, que fui llevada a otro planeta, aquella comunicación quedó gravada para siempre en mi ser, sabiendo que rompía un poco más las limitaciones que como humana tengo en mi mente, dejando abierta otra puerta incluso más allá de nuestra propia realidad. 

Capitulo V. ESCRITURA AUTOMÁTICA

Hay otra faceta muy interesante en un proceso de mediumnidad, pues no todo es comunicación con seres que ya han marchado, o necesitan ayuda porque están perdidos. Se puede obtener información de otros seres, de otras frecuencias, y una de las formas para conseguirlo, es la escritura automática.



En este proceso por el que pasé un cierto aprendizaje también de forma autodidacta, hubo varias fases; recuerdo que en las primeras ocasiones fueron las mismas presencias, en esas noches de práctica de comunicación con ellas, las que me hicieron entender que debía coger un bolígrafo y una libreta para escribir. Al principio, ponía el bolígrafo con la mano muy relajada sobre el papel, y notaba como las energías me desplazaban la mano, haciendo un sinfín de líneas, dibujos y trazos sin sentido. Pensé que me tomaban el pelo, pues después de abrir los ojos miraba el papel, y lo que veía no tenía ningún sentido, ni llegaba a ser legible desde ningún ángulo por mucho que le diera vueltas al papel.


No obstante seguía sintiendo que debía coger el bolígrafo y volver a practicar, hasta que poco a poco y de una manera paulatina, los trazos irreconocibles, empezaron a ser palabras, y posteriormente frases.


Pasaron algunos días de esta práctica, antes de que pudiera leer correctamente lo que escribía, pues además de hacerlo con los ojos cerrados, solo hacía caso al impulso que empujaba mi mano. Pero poco a poco algo internamente iba dando rienda suelta a la forma de escribir, y el hecho de sentir que me movían la mano, ya no era tan fuerte, porque se iba sumando la faceta de ir viendo lo que tocaba escribir en mi mente, como un primer borrador antes de plasmarlo.


Acabé escribiendo con los ojos abiertos y viendo con claridad en mi mente a la vez que lo plasmaba en la hoja, y sintiendo la emoción de esas palabras y frases que aparecían para transmitirme cosas.


Dudé mucho, si era un producto de mi imaginación, o si era un descubrimiento a tener talento sobre la escritura, que hasta el momento desconocía en mi, pero lógicamente, con el tipo de palabras que escribía, me di cuenta de que en el vocabulario habitual, yo no utilizaba ese tipo de expresiones. Además de sentir con claridad que no estaba sola, y que un gran amor me embargaba mientras lo hacía.


A continuación detallo algunos de los escritos que recuerdo con más cariño, por lo que significaron en el momento que los escribí y lo que sentí:






“Todo lo bueno, puede suceder desde un corazón abierto y sano, desde el fluir de la vida. Me parece maravilloso que los seres abran las miras para ver la luz, sois como semillas que caen en la tierra y de ellas salen flores hermosas, todas buscan crecer para caminar hacia la luz, todas se alzan ante la calidez del nuevo día, todas salen hacia arriba, que es la dirección correcta, crecer para caminar hacia la luz, todas se alzan ante la calidez del nuevo día, todas salen hacia arriba, que es la dirección correcta, crecer, ascender, subir, buscando la luz que hay en cada uno de vosotros. Solo desde el perdón, se puede conseguir estar bien con uno mismo. Solo desde esa base se puede crecer.


Cristo vio la luz, como la podéis ver vosotros y cada uno de vosotros. La energía de Gabriel, que está muy cerca de cada uno de los que lo necesitan aporta fe y esperanza. Hay momentos en la vida que os faltan estas dos cualidades, pedírselas a él, estará encantado de ayudaros.


De todas formas, tened por bien sabido que las ofensas que podéis hacer a los demás sin causa alguna, se os serán devueltas hasta que aprendáis de ellas. Es como un circuito que no se puede salir de él hasta que no salta la chispa. Hay que aprender a amar desde la fe, desde el corazón, solo así se puede avanzar hacia la luz.


En estos días que corren, de guerra y rupturas, es preciso más que nunca sembrar esas semillas de paz, cada uno a su manera y como bien pueda. Al crecer como flores también de vuestro polen se alimentan otros seres y crecen también.


Las cosas no son a veces lo que parecen, estas a punto de despertar ante una nueva situación y algo te ata los pies, que pasa!, es necesario que a veces nos sujeten, y nos agarren, sabremos mejor lo que es estar libres cuando al fin nos podemos deshacer de esos impedimento para volar y crecer. Solo desde la libertad se puede amar y ser amado. Estas palabras son muy importantes para el ser humano moderno, que con tanta tecnología llena de cables su entramado corazón y crea barreras frías que no dejan sentir la calidez de los demás seres.


Abrir vuestras ventanas del alma para ver un nuevo amanecer resplandeciente. El sol brilla y es magnífico poderlo observar en todo su esplendor.


Gracias.”


Hay otras energías que parece que inculcaran o recriminaran lecciones como si fuéramos niños, pero todo eso fueron fases en mi camino de aprendizaje, y puede que hasta poder llegar a presencias más refinadas, había que pasar por estas también. La siguiente escritura es como muy profética.






“Sabed que soy la voz de la conciencia y que vosotros habéis venido aquí para ser la materialización del universo. Nada puede redimir mejor vuestros pecados más que vosotros mismos con el sufrimiento de vuestras almas pagáis al mundo lo que sin daros cuenta le hacéis a él; pensáis que así se construye un mundo mejor, pero lo único que hacéis es destruirlo, que poco uso de razón pensar que sois los mejores, cuando hay seres que os dan mil vueltas.


Cuando llegue el final de vuestros días recordareis todo lo que en esta vida habéis acontecido igual que los pájaros cantan cuando amanece el día y solo así culminando vuestra etapa en la vida, pasando cuenta a vuestras desgracias, oportunidades desaprovechadas, falsas esperanzas, no cubiertas ni satisfechas, y es entonces cuando vuestro corazón y mente se ablandan y se dan cuenta del tiempo desaprovechado.


Siempre ocurre lo mismo, y para daros cuenta antes, volvéis a venir al cuerpo, pero siempre pasa lo mismo y hay vuelta a empezar por el resto de vuestras vidas, hasta que por fin evolucionéis y no tengáis que recordar nada pendiente, ni nada incorrecto a la hora de desprenderse de vuestro ser físico. Cuanta hambre de amor solo satisfecha al recordar y con el contacto de vuestro guía, que os viene a buscar ese amor indescriptible lo podéis encontrar a cada momento en vuestra vida, no hace falta esperar a irse para saber que existe. Que calidad de vida tan diferente sería si abrierais los ojos antes de morir, otro gallo cantaría, y vuestro corazón también. Parece mentira que cada vez sois más los escogidos para transmitir la verdad del alma y cada vez se necesitan más. Cuan larga es la espera al surgir de pronto un ave que vuela hacia el cielo y despega llevando a toda la humanidad hacia otro mundo, donde podrán poner en práctica todo lo aprendido aquí en la tierra. Llenos de conceptos y amor, la nave despegará hacia el infinito con un halo de luz inimaginable, invisible y fantástico.


Es la hora de aprender a volar todos juntos, solo así podrá despegar la nave hacia la libertad, solo con el corazón limpio y abierto funcionaran los motores del ave que deslumbrará el cielo, como fénix. Su luz resplandecerá en toda la faz de la tierra y los que queden en ella desearan haber abierto antes su corazón, pero olvidaran para volver a empezar hasta el resto de los días. Siempre ha sido así, continuo, vueltas, volver a empezar, es una máquina perfecta cuyo engranaje ahora está a punto de cuadrarse para poner en marcha los motores y salir despegados, llegará pronto con un nuevo amanecer no muy lejano. Todos los que sentís esto dentro de vuestro corazón podréis subir a la nave, solo vosotros podéis tener la llave para acceder a la puerta de entrada. Accederéis todos los que estáis preparados, para no volver a mirar atrás. Vuestros seres queridos podrán acompañaros si os escucharon interesados cuando les trasmitíais la palabra de dios, si se rieran en vano podrán resolver y volver atrás. Dejareis todo lo material y entrareis en el campo de lo desconocido, del conocimiento absoluto y de la garantía absoluta de vivir cada instante como el mejor de cada momento. Será una nueva era que descubriréis solo algunos, solo en ese momento se desplazará una ráfaga de luz que garantizará el despegue de todos los preparados para el viaje. Será un día glorioso y los espíritus habrán conseguido ayudar a una nueva era de la humanidad”.


Otras me aportaron personalmente datos que ayudaron a la apertura de mis pensamientos, de la mente, de la observación, la filosofía…


“Ojala mi mente se libere de una vez por todas de las limitaciones que tiene, para poder expresar todo lo que siento dentro de ella. Todo un universo de vivencias, como otras vidas paralelas, ocurre día a día entre pensamiento y realidad consciente. Algunas cosas las recuerdo, otras ni siquiera puedo imaginarlas, pero lo que si siento es que todas ocurren dentro de mi universo. Cada mota de polvo puede representar toda una vida para esas partículas que juntas hacen ese pequeño universo. Así mismo cada pensamiento dentro de mi mente, puede llegar a ser toda una realidad y ser.


Cada movimiento que hago consciente con mi cuerpo físico, es toda una danza que libera esos pensamientos, pues mientras siento, no pienso.


Al igual cuando respiro; inspiro y lleno todo mi cuerpo de nuevas partículas, expiro y dejo ir toda tensión y de nuevo tengo la necesidad de volver a inspirar y así sucesivamente.


Prueba de pensar durante cinco minutos, como haces el ciclo de la respiración, y verás que si no quieres perder detalle del proceso, tu mente no puede hacer otra cosa que controlar eso por lo que quieres estar atento. En cambio si no eres consciente de cómo respiras, eres como una máquina que actúa automáticamente. Igual pasa con los pensamientos… Si tú no controlas o mejor dicho no conoces a tus pensamientos, ellos te gobiernan a ti. Por ejemplo: Si tengo un pensamiento de juzgar a alguien, y no soy consciente de que ese pensamiento está, estoy juzgando. Pero si sé que lo estoy haciendo y veo que con ello no llego a ninguna conclusión, sino que simplemente juzgo, ¿por qué no decido cambiarlo? Prefiero darme cuenta que estoy juzgando, decido aceptar eso que no me gusta de esa persona o situación, me libero y decido ser consciente de cómo respiro. Ya nada más importa, estoy conmigo y vuelvo a sentir que estoy viva y eso no implica tener que juzgar a nadie, implica ser consciente de mí, si todos fuéramos conscientes de nosotros mismos podríamos sentir que todos somos uno.






“Todos somos uno:


Bienaventurado el que escucha las palabras del universo, y que hace caso de ellas, porque así verá la luz que ilumina su camino correcto. El camino a seguir para hacer el bien a sí mismo y al universo, pues al fin y al cabo somos lo mismo.


Ahora oigo el eco de esas palabras que llegan de muy lejos, son voces sabias, antiguas y que transmiten muchas cosas: que no estamos solos, que sigamos adelante, que no hay error en el camino cuando actuamos con el corazón abierto, que esas señales internas que nos hacen saber que esas voces son las auténticas voces del amor, son correctas, porque se siente algo especial en el interior, algo que es en todo el ser que dice “si éstas son las voces de la luz, hagamos caso de ellas”, y hay una fuerza muy grande que es imposible errar que nos hace mover en esa dirección que dictamina el corazón. Además cualquier causa ajena a esas palabras no tiene fuerza y se desvanece. No toma la importancia y la olvidamos, pero las voces antiguas insisten y transmiten una señal audible a nuestro ser, que hace que despertemos de cualquier sueño y nos pongamos a la tarea de realizar el trabajo de guerreros de luz, sea cual sea el designado para cada uno de nosotros.


De igual manera aunque estemos dormidos, algún día despertaremos, pues no hay ser en el universo que sea sordo para el resto de sus vidas y en alguna escuchará las voces, sentirá la verdad que viene del más allá y se dejará llevar por el impulso del alma a hacer su tarea de cooperación para el crecimiento de la humanidad.


Dan igual las palabras que escuchemos, lo que importa es la esencia que hay en ellas “todos somos uno” con el universo, todos vamos en el mismo barco aunque vengamos de diferentes lugares y tengamos diferentes destinos.


Este universo, creación de todas las mentes, no puede crecer si todos no escuchamos y unimos nuestras fuerzas, como células se unen en el desarrollo de un ser que crece día a día en su proceso natural biológico.


El palpitar de la verdad se siente en lo más profundo y no cesa hasta que se le hace caso, y la mente humana no lo puede acallar pues ni no, no te deja dormir, ni respirar, hasta que despiertas y realizas tu tarea.


Ahora, después de escribir esto, mi palpitar se ha calmado y las voces se han callado, hasta la próxima señal, donde ni sueño, ni cansancio me harán no escucharlas.


Gracias universo por tus sabias palabras.”






Al cabo de pocos días, vuelvo a conectar otra vez, con el mismo tipo de energía y transcribo lo siguiente:


“Oigo el eco de nuevo, de las voces antiguas; como el viento bailando a través de las montañas rocosas en el desierto, con esa sensación a polvo de arena y calor seco.


Además mi cuerpo se eriza, todo mi ser nota la presencia y siento todo ese vacío del universo dentro de mí, para que resuene el eco y cada célula de mi cuerpo oiga.


Vacuidad, destreza, perspicacia, son tres palabras que oigo y no están dentro de mi vocabulario diario, pero ahora vienen a mí.


Tolerancia, renacer, muchedumbre… otras tres, sí ahora noto que en ese hueco dentro de mí resuenan, pero vienen de las voces.


Si supiéramos por un momento acallar todos nuestros sentidos, pensamientos y emociones, las oiríamos siempre, y no nos sentiríamos solos, pues no lo estamos.


Aclara tu mente, libérala de pensamientos y estarás en el vacío para poder entablar comunicación con las voces sabias del universo, que son el eco de todo lo que la humanidad ya ha vivido. Sin confusión ni interpretación, sino de lo que simplemente ya ha sucedido. Porque el eco ¿Qué es, sino el sonido que ya se emitió en el pasado. ¿Qué pasaría si nos calláramos todos? Si no hubiera sonido alguno durante un tiempo ¿Dejaríamos de existir? Porque dicen que lo único que existe o que queda, es el eco del sonido emitido.


Pero de momento, y mientras seamos humanos, es imposible no emitir sonido, pues basta que nos callemos para escuchar nuestra propia respiración, eso no para mientras estemos vivos ¿Pero, qué pasa cuando dejamos el cuerpo? Es entonces cuando no podemos escuchar nuestra respiración, puesto que no respiramos, ni escuchamos el latir de nuestro corazón, pues ya no lo necesitamos, entonces: ¡Es cierto! Ya no existimos, en el mundo de los vivos, en el mundo del ruido, del sonido. Pero quien puede saber si en otro plano, donde no hace falta el sonido para existir, ¿podemos seguir estando? Aún sin cuerpo ni respiración, aún sin corazón latiendo. Ese es el mundo fuera del cuerpo, fuera del entendimiento racional, pero quien puede demostrar que no existe, o si? Lo que vemos y lo que oímos estando en el planeta tierra, es lo que existe para nosotros, los que vivimos en él. Pero ¿y lo que viene de otras dimensiones y no podemos ver ni oír? ¿Por qué no puede existir?


Hoy las voces me recuerdan esto, y fuera del espacio-tiempo no sabemos todo lo que hay, pero es bueno estar abierto a las infinitas posibilidades para no quedarnos atrapados en un mundo tan pequeño como el mundo humano-terrenal.


Gracias voces, gracias vacío. Me dais paz y sosiego, me dais el poder de sentir ese otro universo fuera de mi persona y me hacéis crecer y tener plenitud.


Cuando se aquieta tu mente difusa, llega el momento en que podemos hacer acto de presencia en tu ser, para que manifiestes a través de esta escritura lo que pretendemos transmitir. Cuando en tu mente no hay centramiento, no es posible encauzar las señales audibles para tu ser.”

Capitulo VI. EL SUICIDIO

Hay algunos momentos en la vida, en que nos volvemos muy vulnerables, en los que todo lo que nos sucede parece no tener solución y pensamos que lo mejor es evadirnos totalmente para esquivar el proceso de superación, hay personas que incluso llegan a quitarse la vida, porque piensan que así evitan la tarea que tan difícil les parece.



Es complicado ponerse en la situación de un suicida y no se trata de juzgar, pues eso es lo único que ha sabido hacer la persona “quitarse la vida”, pero me gustaría explicaros la experiencia más directa con uno de ellos.


En la continuada práctica autodidacta, en el sofá de mi casa por las noches, seguía sintiendo más y más energías, personas, entidades, frecuencias, etc. y casi en todas las ocasiones gracias a ellas aprendía algo nuevo.


Tengo que decir, que no en todas las ocasiones era agradable todo lo que sentía, al menos al principio, durante el aprendizaje mas novel, pues resultaba que algunas de las energías eran muy densas, es decir, que se aferraban mucho a la materia de mi cuerpo, y pesaban. Otras ejercían un efecto como de urticaria, me picaba todo. Otras náuseas, dolores en ciertas partes del cuerpo y así según la vibración que traían.


Una noche, sentí una presencia que parecía tener una gran densidad, por así expresarlo; empecé la comunicación con ella, y resultó que la conocía en persona, era una chica que venía hace algún tiempo por el lugar donde trabajaba. La noté muy mal, muy perdida, con cierto grado de locura y desesperación. La sensación era de estar sin cuerpo, pero todavía con mucha conciencia de la materia.


A la mañana siguiente me dijeron que esa chica se había suicidado. Por lo visto tenía una situación emocional con la familia no resuelta, ella era bastante tímida, muy buena persona pero con algunos complejos y falta de autoestima.


Varias noches sucesivas, su presencia vino conmigo. Ella también me reconocía, pero se sentía ofuscada con respecto a lo que le sucedía. Era como que no quería o no podía entender lo que había pasado. Había una parte de negación con su situación, con el que ya no tenía cuerpo físico, y tampoco podía aceptar lo que había hecho con su vida. Negaba que se hubiera suicidado, no quería sentir lo que había hecho.


Cada día que hablaba con ella, yo me sentía como una especie de psicóloga orientadora, que intentaba hacer entrar en razón a un paciente. La comunicación no verbal que establecía con ella, era un cúmulo de impulsos, pensamientos, corazonadas, imágenes, sensaciones. Era una combinación indescriptible, pero que resultaba ser el leguaje perfecto para llegar al entendimiento; sobre todo lo que había era mucho corazón, como si desde la emoción más profunda de mi, surgiera ese comprensión con ella.


Notaba que solo desde el amor más incondicional, desde el amor más puro, ella entendía mejor lo que le decía. Al segundo o tercer día, pudo aceptar que no tenía cuerpo y ver lo que había hecho con su vida, es decir, aceptó que se había suicidado. Surgió un gran arrepentimiento y muchas dudas.


La siguiente noche, vino de nuevo y empecé a sentir que había otras energías que me indicaban que le hiciera comprender que tenía que ir con ellas. Pero en vano ella quería hacerme caso, no podía irse, pues la gran presión del arrepentimiento la tenía atrapada, predominaba solo ese sentimiento.


Por fin no sé si al cuarto o quinto día de comunicación, recuerdo que todo cambió, ella parecía más abierta a comprender, empezó a recibir más energía de amor y al final accedió a ir con los seres que hacía unos días la estaban esperando. Algo había cambiado en ella, accedió a abrir un espacio de comprensión que hasta ese día no tenía y pudo seguir el rumbo que le indicaban esos seres.


Sentí gran amor y gratitud en esos momentos, y las noches sucesiva esa chica ya no apareció más.


Está claro que es difícil explicar con palabras, todo lo que os intento transmitir, pues en ese lenguaje de comunicación con las energías, siempre estoy con los ojos cerrados, para que la mente sea un mayor receptáculo de las imágenes que se suceden como si de un teatro se tratara. También es importante recalcar, que solo puedo establecer comunicación, cuando toda mi persona se ha relajado, y ha entrado en lo que llamo “el silencio interior”, solo cuando surge ese espacio dentro puedo abrir todos mis sentidos al más allá.


Pasaron un par de meses después de la experiencia con la chica suicida, hasta que llegó de nuevo su presencia a comunicarse conmigo. Quedé maravillada por el cambio de frecuencia con el que venía, mucho más sutil y llena de amor. Me explicó que había estado en un lugar donde la ayudaron a comprender todo lo que ella en vida no pudo aprender ni superar. Entendió el proceso de su vida, la familia que había escogido y el lugar donde vivió, las situaciones, los amigos, todo.


Por fin después de ese tiempo, ella había tenido que superar en ese lugar que no era físico, las emociones y las cosas que con cuerpo y en vida no había superado. Había ido a una escuela del “espacio” (por poner un nombre), donde había acabado lo que su ser tenía planeado cuando decidió venir, pero que al haberse suicidado no había podido cumplir.


Ese caso me hizo entender, que todo lo que nos ocurre en la vida es por alguna razón que va más allá del entendimiento, por muy malo que nos parezca. Hemos elegido pasar por esas experiencias para aprender nuestra propia lección de vida, por tanto cuanto antes pongamos el impulso, la voluntad de hacerlo, antes pasaremos al siguiente tema porque con cuerpo o sin cuerpo tenemos un pacto interno de aprenderlo.


Esa última comunicación con ella era porque vino a despedirse, antes de pasar a la siguiente fase, antes de irse por el túnel de luz donde ya la estaban esperando. Una gran sensación de paz y amor me invadió, pero sobre todo de agradecimiento.

Capitulo VII. MENSAJES DEL ALMA



En la compasión y el amor, está inmersa la sabiduría del universo. Todo lo que sentimos dentro de nosotros forma parte de una porción del universo. Cuando todas las porciones se unen, llegamos al todo.

Actúa con el corazón y abandona todo cuanto desees poseer, porque en el todo no hay necesidad de nada.

Cuando se toma el camino del corazón y se abandona todo deseo, la vida te regala todo aquello que necesitas y además te llena de felicidad.

Podemos abrir una puerta a la sabiduría del universo, pero solo la encontraremos dentro de nosotros, y para poderla abrir hay que recorrer caminos invisibles para el ojo humano, pero llenos de brillo.

Esa puerta a veces se convierte en miles de túneles de luz por los que vamos transitando y aprendiendo los códigos para entender esa sabiduría.

Cuando alguien camina esos túneles que son como senderos, puede recordar lo que encuentra en ellos y después transmitirlo, ya sea con la palabra, con la danza, con la música o cualquier otro arte de expresión que se hace audible o visible para aquellos que se abren a la comprensión y que todos nos intercambiamos y compartimos en diferentes caminos.

Esos túneles de luz y de amor son tantos que cuando consigues caminar por todos, ya no necesitas volver aquí, pues en ellos está la siguiente fase que toda alma quiere recorrer.
La sabiduría del universo nunca tiene fin, pues hasta los más sabios y elevados seres de todos los mundos, siguen aprendiendo, siempre hay una siguiente fase, una siguiente etapa para ir más allá de la evolución Porque incluso cuando se llega a la máxima expansión le sigue una nueva contracción.

Incluso cuando creemos que el fin es la muerte, allí es donde todo empieza de nuevo.

El mundo o conjunto de universos, a nadie pertenece, ni nadie lo gobierna, pero depende de todos y cada uno de los seres que en él habitan.

La satisfacción más grande es la capacidad de apertura y comprensión de la magnitud que tiene cada vida, cada experiencia, porque todas ellas forman un cúmulo de sucesiones que hacen seguir en una dirección o en otra hacia la expansión o contracción, pero siempre siguiendo en movimiento.

En la quietud interna, se puede sentir ese movimiento que la conciencia puede entender y ver que es más rápido y fluido pero que manteniéndonos en ese centro de quietud, se puede obtener el placer de sentir la dualidad. Lo que es arriba es abajo, lo que está dentro también afuera, etc..

Y el punto de inflexión entre la quietud y el movimiento, de nuevo, lo contiene todo.



Capitulo VIII. PREGUNTAS SOBRE ESPIRITUS



Este capítulo, sobre preguntas comunes sobre los espíritus, era una web que escribí sobre los espíritus. Aqui os detallo todo lo que en ella se decía:

Os doy la bienvenida a esta página de los espíritus, que espero ayude a despertar la conciencia de muchas personasdesconocedoras del tema, y también que pueda evaporar el miedo y falso entendimiento de lo que significa sentir su presencia, recibir sus mensajes, verlos o escucharlos.
Muchas anécdotas, películas y mitos envuelven el tema de los espíritus, pero esas no son la auténtica esencia de lo que representa el mundo espiritual, ya que la mayoría de esas historias está basada en el miedo e incluso pánico a lo desconocido, provocando así una incómoda sensación cada vez que se habla del tema.
Pero si todos supiéramos que los espíritus solo quieren ayudarnos, solo están ahí para hacernos tomar conciencia de que no todo lo que vemos o sabemos es cierto, abriríamos nuestras mentes y el mundo espiritual se volvería visible a toda la humanidad, formando parte de nuestras vidas cotidianas, y haciéndonos sentir menos solos en este mundo donde a veces todo parece más complicado de lo que es.
Propongo un viaje por diferentes planteamientos sobre los espíritus, para que te cuestiones de su existencia o no, para que abras tu mente a otras posibilidades. No explico casos concretos con los espíritus, porque eso lo puedes vivir tú directamente, y será tu experiencia, sin ilusiones o lenguaje intermedio que altere la vivencia.

Todos podemos contactar con espíritus, pero el primer paso es saber de su existencia, y abrir esa posibilidad. Todo lo que proyectamos en nuestra mente y creemos en ello, puede suceder. Por tanto aprender a como sentir su presencia, abrirnos a sus mensajes, solo depende de que queramos y liberemos nuestros miedos.
Cuando nos rendimos a atravesar nuestro mayor miedo, una parte dentro de nosotros muere, para dejar paso a nuevas experiencias llenas de amor y alta conciencia. Porque si nos abrimos a entender que los espíritus nada nos pueden hacer, liberaremos las limitaciones de nuestra mente y desarrollaremos partes del cerebro, que todavía están dormidas pero que están esperando a ser despiertas. Dicen que no utilizamos ni el diez por ciento de nuestras capacidades mentales, por tanto quizás si nos enfocamos en el porcentaje restante, podamos ver, sentir, percibir, escuchar otras formas de vida y de existencia.
Técnicas como la escritura automática, la meditación, la observación de la naturaleza, nos pueden ayudar a comprender más el mundo espiritual. Aquí se hacen algunas referencias para poderlas practicar si se quiere.
También me gusta hacer referencia a otros temas como la canalización de espíritus sanadores o guardianes, los espíritus de la naturaleza, como poder sentir su presencia, o como a través de nosotros se puede materializar la conciencia espiritual. Saber que todo lo que existe es energía, y que por tanto esa energía no muere, sino que se transforma.
Deseo que todas las referencias propuestas, simplemente ayuden a tomar más conciencia, y que si tus intenciones son por ejemplo invocar espíritus, solo recomendarte que en lugar de llamarles, simplemente te abras a escucharles, porque ellos siempre están ahí.
Temas como tener espíritus en casa, si realmente existen los espíritus o no, si hay espíritus buenos o malos, burlones o inmundos, es simplemente una cuestión de apertura de pensamiento, porque habrá o existirán aquellos espíritus que tú permitas. Una recomendación es, que cuanto más abras tu mente y aumentes tu vibración de pensamiento, más aparecerán en tu vida situaciones de alta conciencia, donde no tendrán cabida situaciones de miedos y limitadas creencias.

Espíritus es solo una palabra, pero lo que conlleva ese nombre, va mucho más allá de lo que podamos imaginar. Esencia, energías, otras vibraciones, otros planos de conciencia. El mundo espiritual conectado al corazón, no necesita palabras que lo identifiquen, porque una gran paz interior se siente cuando se abre la puerta a lo sutil.
Todo lo que se escribe a continuación, es totalmente sentido y vivido desde mi propia persona, no teniendo la verdad absoluta, pues nadie por si solo la tiene, ya que todos formamos la unidad, y cada uno de nosotros puede vivir una realidad.


La existencia de los Espíritus

Los espíritus existen mientras hay tercera dimensión, aunque parezca algo incongruente, pues no los vemos, y la tercera dimensión es visible y tangible.

Mientras exista la posibilidad dentro de la mente de las personas, habrá espíritus. En cuanto se eleva la conciencia y evolucionamos, entendemos que este plano físico, es un paso más en el desarrollo espiritual, y por tanto no es necesario aferrarse al concepto de espíritus tal como la mayoría de personas entiende, como un alma o cuerpo desencarnado, pues al poder abrir nuestra mente e ir más allá de nuestra limitada capacidad humana, y ver que la muerte física, solo es un paso más en el desarrollo de nuestra alma, entendemos que los espíritus existen, pero de diferente manera o comprensión a la que se tiene habitualmente.

Cuando se da la fuerza a la existencia de espíritus, ellos aparecen o se hacen presentes, pero cuando un alma es elevada y conoce la luz, los espíritus no pueden hacer nada malo a este ser, ya que en él está la semilla de la conciencia, y los espíritus agradecen aportar la luz y enseñarles el camino, puesto que lo que hacemos las personas con conciencia es ser un faro iluminando su oscuridad.

Tipo de espíritus hay muchos, pero según tu conciencia puedes atraerlos a tu vida: Si crees en lo maligno, habrán de este tipo, si piensas que pueden dañarte, lo harán, si crees en duendes juguetones, así serán los que te rodean, si tienes miedo, atraerás a los que te asusten con su presencia. Según tú vibras y abres la posibilidad en tu mente y tus emociones, atraerás a ese tipo de espíritus.
El mundo de lo intangible, aparece en nuestras vidas cuando estamos preparados para ello, y puede ser por diferentes causas:

- ¿estás dispuesto a superar tus miedos? entonces aparecen los que te ayudan a ello, pero antes pasando por el mayor miedo que tu tengas.
- ¿quieres aferrarte a su presencia? Van a rodearte y absorberte tanto como tú les dejes.
- ¿quieres ser un transmisor de sus palabras? te encasillaras como médium
- ¿reconoces su existencia pero no te aferras? entonces darás un salto evolutivo donde aprenderás a elevar tu vibración.
De la forma que sea, si aparecen en nuestras vida, es el momento de ampliar nuestro entendimiento, y todo lo que sea crecer, es maravilloso, porque significa seguir adelante, y esa es una de las principales razones por las que vivimos en este plano físico, para continuar evolucionando y conectar con nuestra esencia, con nuestro espíritu.

Invocar Espíritus


Se pueden invocar a los espíritus, pero para que quieres hacerlo. ¿Cuál es tu verdadera intención?, dependerá de esa intención que tengas unas vivencias u otras, ya que todo depende de a dónde queremos llegar con esa invocación.
Quizás lo mejor, no es invocar, sino esperar que ellos quieran manifestarse, cuando tengan algo que comunicarnos.

La gente que invoca a espíritus para ser ayudados, o a sus seres queridos, puede tener un corazón amoroso, pero unas emociones dañadas, por eso sienten la necesidad de invocarles. No obstante, cuando los seres amados que ya no están en este plano, ven en nosotros situaciones en las que necesitamos ayuda, solo el hecho de internamente solicitarlo, ellos están ahí para ayudarnos.

Es decir, que la invocación que podemos hacer a veces, es totalmente inconsciente de que la hacemos. Pues representa a un acto interno de solicitar ayuda, en un momento difícil en nuestras vidas.
Otra cosa diferente, es la invocación expresa, en rituales, trabajos, etc. donde ya se pone la intención de llamar a esos espíritus para pedir cosas muy concretas. Hay personas muy familiarizadas con estas formas de mover la energía, para conseguir cosas en la vida, pero eso implica que se entrará en la ley universal de “causa – efecto” y conllevará un intercambio con la vida. En ese acto de pedir invocando, la vida te hará entregar por otro lado para compensar el gasto energético.
De nuevo insisto, en ver en lo más profundo de nosotros, para qué sirve la conexión con los espíritus, y pienso que no se debería utilizar la energía espiritual para conseguir resultados en el mundo material, sino que pienso que el mundo espiritual está ahí para ayudarnos a elevar nuestra conciencia.
Todo sucede bajo unas leyes universales, y si realmente utilizamos la energía espiritual inapropiadamente, ya se encargará la propia vida de buscar el equilibrio, por tanto la intención interna y las acciones que tomamos, si son hechas desde la humildad, honestidad y con corazón, el universo lo entiende y nos ayuda, pero si son desde el ego, la arrogancia, la avaricia, etc. también nos envía esa misma energía con la que lo hemos solicitado.
Con el mundo espiritual, no se juega, porque es hacerlo con una parte nuestra y tanto como respetemos esos otros planos de conciencia, ellos nos respetaran a nosotros. 

Espíritus De La Naturaleza


Pero el mundo de los espíritus, no solo es de personas, también los hay en la fuerza de la naturaleza, los seres del agua, del viento, del fuego, de la tierra…
Alguna vez has visto un árbol anciano, y en alguna parte de su tronco se dibujaba una cara con ojos observándote, porque no solo sucede en los cuentos de niños. Si nunca has visto una, fíjate en un árbol, y busca hasta encontrarla; mírala un rato, y seguro que sientes su presencia, como queriéndote transmitir la sabiduría de la naturaleza.

Cuando miras el mar, con su ir y venir constante, sus olas desafiantes a veces pueden contener espíritus o fuerza del agua, desdibujándose siluetas de caballos galopando hacia ti, o Neptuno, sirenas, delfines, e infinidades de imágenes más. Esas formas que nos embelesan con sus gotas volando por los aires son los Devas o espíritus del agua.

Las montañas, majestuosas y enormes, se pueden ver en el horizonte, con formas que nos llaman la atención que nos hacen recordar una imagen. Y esas piedras gigantes que a veces están puestas como en lugares exactos donde nos hacen inspirar e imaginar que son algo. No se mueven pero tienen esencia y energía para seguir haciéndonos soñar.

Y has observado el cielo, con sus nubes juguetonas, que aparecen con las formas más inesperadas, como queriéndote hacer reír, donde gracias a la fuerza del viento, igual que se crean, desaparecen, para hacerte llegar a sentir la creatividad de encontrar una nueva silueta tras otra.

En un fuego de campamento, todo el mundo alrededor, mirándolo hipnotizados por el flujo de sus llamas chisporroteantes, llenas de colores mágicos y siluetas danzantes, que te inducen a imaginar, y contar historias o cantar canciones, todo para compartir con el sagrado fuego que ha unido a tantas gentes a lo largo de la humanidad y continuará haciéndolo hasta el final.
Todos ellos son espíritus de la naturaleza escondidos entre los elementos, para hacernos recordar que todo tiene vida y movimiento, que todo tiene esencia y alma, y nosotros formamos parte de esa naturaleza que cambia constantemente.

Ya sea agua, tierra, viento, fuego, todos los elementos se unen para hacernos sentir que están dentro de nosotros, y lo que está adentro, está afuera. Ellos con su fuerza nos lo recuerdan, que todo lo que vemos tiene vida, que todo tiene espíritu que se comunica con nosotros con el lenguaje de los símbolos, de las imágenes, de la fantasía, pero no es imaginación y solo con la mente de un niño, puedes comunicarte con los elementos, porque ellos quieren que recuerdes quien eres, y que juegues más en el teatro de la vida.

Pero el más grande espíritu de la naturaleza, es el de la tierra, el de este planeta al que pertenecemos, porque está vivo y en constante evolución y además nos sostiene, nos nutre y nos deja vivir en él aún no siendo conscientes de lo que a veces le hacemos. El espíritu de la madre tierra está ahí hagamos lo que hagamos, observándonos, y produciendo cambios en su cuerpo, ayudada de la fuerza de la naturaleza, con terremotos, mareas, ciclones y volcanes, para que sepamos que está viva y que hasta que no tengamos la suficiente comprensión de ello, seguiremos inconscientes, hasta que no tratemos a la tierra como un ser viviente, nuestro mundo interno será un reflejo de lo que le hacemos al planeta.

Por eso los espíritus de la naturaleza nos ayudan a recordar, a volver a nuestra esencia y abrir nuestro corazón desde la inocencia, creatividad y amor.


Sobre Meditación y Conciencia 


Según es nuestra esencia y desarrollo de nuestra conciencia, atraeremos a unas vibraciones u otras.


El hecho de que queramos comunicar con los espíritus, a veces también es para buscar una ayuda, una respuesta a aquello que nos preocupa, y es por ello, que muchas personas buscan en el espiritismo una guía de autoayuda. (pero no hay que olvidar que donde podemos encontrar las respuestas, es en nuestro interior).


Hay cada vez más personas que saben lo que es la meditación y que lo practican cada día. En las diferentes formas o técnicas que se pueden utilizar para meditar, existen muchas veces como resultado de esa práctica unas mismas sensaciones y experiencias.


Durante esos estados de profunda relajación, a los que lleva la meditación, podemos tener experiencias increíbles como:




.Conversaciones con otros seres, maestros, imágenes o formas, que intentan transmitir algo.

.Sensaciones en nuestro cuerpo que nos llevan a perder el habitual sentido de la presencia física, como estar flotando o en otro plano.
.Escuchar sonidos inaudibles que nos quieren decir algo.
.Sentir un olor especial que nos conecta con otros tipos de energía.
.Entrar en partes de nuestra conciencia, antes desconocidas.



Y es ahí, en esas experiencias, a las que nos puede conducir un estado meditativo, que podemos conectar con las respuestas que buscamos a esas preocupaciones cotidianas que todos las personas tenemos.


Quien dice que los espíritus no se hayan puesto en comunicación con nosotros, para ver esas respuestas que nos dan paz y reconfortan.


O quien dice que no sea una parte de nosotros, esa parte más sabia que todos tenemos, que sea la que nos resuelve las dudas internas.


A ciencia cierta, nadie puede dar una respuesta totalmente verdadera, pero allá con cada uno y su estado de conciencia, que busque internamente lo que significa recibir esos mensajes y le de la interpretación que le sirva a cada uno, ya sean guías, espíritus o nuestro propio ser, quien nos envía esas señales que nos hacen tener más claridad en la vida.


La cuestión es que cada persona, a medida que quiera, puede dedicar más tiempo a desarrollar la meditación o cualquier otra práctica que lleve a tener más esos momentos profundos donde se adquiere mayor comprensión de las situaciones. Esos espacios de conexión con nuestro ser, que acaban dándonos más amor y sabiduría.


Los espíritus de nuestros ancestros o seres queridos pueden aparecer para ayudarnos, para hacernos sentir que algo existe después de la muerte física, y utilizarán las formas y los recuerdos que sean importantes para nosotros, para que tomemos conciencia y nos abramos a entender que vivimos dentro de una limitación humana con nuestra mente.


Todo aquello que decimos que es lo verdadero y único, no solo existe en nuestra mente porque lo vemos, o porque nos lo han explicado, o porque está demostrado científicamente o simplemente por tradición; ya que hay muchas otras cosas que no sabemos ni vemos, pero sí que existen.


Si miramos el firmamento, y pudiéramos entender que no hay vacio, sino que todo contiene energía, y que toda esa energía forma la existencia, cada día buscaríamos sin falta esos momentos profundos para conectar con nuestro ser, y donde podamos recibir los mensajes del universo, ya sea mediante espíritus o energías elevadas con mayor conciencia que nosotros.